LENGUAJE Y REALIDAD

LENGUAJE Y REALIDAD
Luis Andrés Bredlow

Pues hablamos de ‘lenguaje’ y ‘realidad’ como dando por supuesto que se trata de dos cosas, dos realidades, que nos están dadas cada una, y entre las que tenemos que descubrir alguna relación. Pero lo que pasa con eso es que, de hecho, ya hemos metido uno de los términos dentro del otro: estamos hablando del lenguaje como de una cosa real, como una cosa más de las que están dentro de la realidad.
la expresión latina que probablemente está en el origen de nuestro vocablo ‘realidad’, la locución re o re uera, ‘de hecho’, ‘realmente’, que corresponde a la expresión griega érgo, ‘de hecho’, por oposición a lógo, ‘(sólo) de palabra’: así se distingue, al decir, lo que es sólo de palabra, lógo, lo que sólo se dice, frente a lo que es realmente o de hecho; pero eso de decir que algo es así no sólo de palabra, sino realmente o de hecho, no por eso deja de ser también algo que se dice; y lo que es más, que sólo se puede decir acerca de algo que ya está dicho previamente: algo que tiene que estar ya formulado en el lenguaje, para que pueda recaer sobre ello ese veredicto de que corresponde a los hechos o no.
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Andrés Bredlow – Lenguaje y realidad

La realidad está dentro del lenguaje y, por el otro lado, el lenguaje está dentro de la realidad: supongo que esa doble anulación de la antítesis basta, de momento, por lo menos para haceros dudar del esquema habitual que opone realidad y lenguaje como dos objetos situados en un mismo plano; y quizá también para empezar a ver que ni la visión científica, que trata el lenguaje sin más como un hecho más de la realidad, ni la otra, la visión, digamos, lingüística o semiótica, que sitúa la realidad dentro del lenguaje, son suficientes cada una por sí sola para entender eso de que estamos hablando.
Pero veamos primero cómo suele presentarse de ordinario esa cuestión del lenguaje y la realidad: a saber, como una relación entre las palabras y las cosas. ¿En qué consiste esa relación entre la cosa y la palabra que la nombra, por ejemplo, entre esta pizarra y la palabra ‘pizarra’? Parecería que es algo que todos sabemos, ya que todos lo hacemos a cada paso; usamos ese artilugio del lenguaje con sus significaciones; pero apenas nos pongamos a pensar cómo lo hacemos, nos tropezamos con un sinfín de dificultades.

Recordemos aquella frase preciosa de Gorgias: “Nadie dice el color que ha visto, sino un dicho”, un lógos.
Nadie puede decir un color porque, efectivamente, lo que la palabra dice es siempre el significado, el concepto, o, como decían los escolásticos, el universal: ‘manzana’ o ‘caballo’ o ‘rosa’, en general; pero nunca puedo decir esto, esta manzana o esta rosa, con este color peculiar e irrepetible que estoy viendo: pues cuando digo ‘manzana’ o ‘rosa’ o ‘roja’, lo que digo es el universal, el concepto, la idea; ya no es esto que estoy viendo y tocando.
Claro que puedo también limitarme a decir ‘esto’, ‘esto que hay aquí’; pero entonces lo que pasa es que no estoy diciendo propiamente nada: no estoy diciendo qué es esa cosa; pues esas palabras como ‘esto’, ‘aquí’, ‘ahora’, o también ‘yo’, no son propiamente palabras con significado, no remiten a las ideas establecidas en el sistema léxico, sino que apuntan
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Andrés Bredlow – Lenguaje y realidad
Lo que sabemos es siempre la otra parte de la realidad, la que está hecha de ideas o significados de palabras: ésta es la única realidad que podemos conocer, la que está organizada y estructurada por el vocabulario de la lengua que hablamos. Con eso ya veis que no hay una realidad única y universal, sino que hay tantas realidades distintas como lenguas distintas hay. Cada lengua organiza el mundo de una manera peculiar y distinta; y lo que llamamos realidad, lo que es la realidad para nosotros, es este mundo organizado y estructurado por la lengua que hablamos.
Si pensamos en aquella otra parte de la realidad, la que decíamos que es anterior e independiente de cualquier lenguaje, hemos de suponer que allí no hay delimitaciones, ni identidades ni distinciones entre cosas; lo que establece las delimitaciones, las identidades y, por tanto, las cosas mismas, es el lenguaje, es decir, el vocabulario semántico de cada lengua, y más abajo, en un nivel más profundo, la gramática de cada lengua particular.
Eso quizá hoy en día sea un poco difícil reconocerlo, porque las lenguas de la cultura dominante, la cultura llamada occidental, pero que de hecho ya domina más o menos el globo entero, las lenguas propias de esta cultura dominante –el inglés, el castellano, el francés y demás- se han desarrollado durante siglos, a partir del latín, sobre todo, como lengua culta compartida por las naciones incipientes de Occidente, en una unión tan íntima unas con otras
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